Recientemente me han preguntado que parámetros aconsejo para sacarle el mayor rendimiento a la caldera.
Pues voy a intentar transmitir mi experiencia. Hasta el momento he probado con diferentes tipos de pellet y algo de hueso de aceituna. Hay que tener en cuenta que antes de descubrir el truco de poner una tira de lana de roca para taponar las fugas de aire del cestillo, curiosamente quemaba mejor el pellet malo que el bueno.
Me explico si el pellet era del tipo "blando": prensado débil, se deshacía con facilidad, al quemar soltaba pavesas que salían por el final del tubo de la chimenea, a unos 3 metros de altura por encima de la caldera, con este tipo de pellet el rendimiento era mejor sin hacer ninguna modificación en los parámetros de la toma de aire. Si pasaba poco aire por el cestillo, porque una parte se escapaba por un lateral, evidentemente quemaba mejor este tipo de pellet.
Cuando probé con hueso de aceituna el resultado fue que calentaba peor, se ensuciaba mucho más el tubo de la chimenea, para conseguir que la salida del tubo de la chimenea no se confundiera con una fiesta de fuegos artificiales tuve que bajar el aire a -4, (el recorrido va de -9 a +9). Reduciendo la aspiración conseguía aumentar el rendimiento de la llama. La única pega es que el hueso manchaba mucho más y no tenía el cestillo adaptado, usaba una rejilla, posiblemente los problemas se reducirían si los orificios del cestillo se redujeran a un paso de unos 2 mm.
Con pellet duro, tan duro que decía el que me lo vendió que era de roble, de color oscuro. Con este pellet tenía que tener cuidado de subir la potencia más de 6 durante varias horas, mi cantina tiene 10 etapas de potencia de 1 a 9, para terminar en la más alta, HIGH. Se iban acumulando espigas de pellet como si fueran pequeñas briquetas de carbón, si no tenía el cuidado de disminuir la potencia se podía llegar a acumular pellet en el cestillo hasta atascarse. En este caso anoté en mi recetario personal que con pellet duro había que subir la velocidad del extractor, actuando sobre el menú del aire directo.
No he probado el pellet duro con el nuevo cestillo, entre otras cosas porque ya no lo venden, ahora bien el último que he comprado no quema también como el de Burpellet. Quema peor, para aprovechar su poder calorífico he reducido el aire directo con el nuevo cestillo a -3.
Hasta aquí mi experiencia.
Haciendo un cuadro simple podríamos decir, que si se reduce la cantidad de aire que se extrae de la cámara de combustión se aprovecha mejor el calor de la llama. Este principio sólo sirve si el material quema lentamente. De esta forma perdemos menos calorías por la chimenea. El riesgo es que pueda atascarse el cenicero después de varias horas de uso, así que habrá que andarse con ojo.
Si la cantidad de aire que se aspira aumenta, quemamos más rápido y desperdiciamos más calor por la chimenea. Por tanto este principio sólo es válido si el material que quemamos es más duro, tarda más en quemar. Es como el efecto de una fragua de carbón, si soplamos el carbón arde, si lo dejamos sin ventilación suficiente se apaga, en una fragua este fenómeno es hasta deseable, si deja de soplar el brasero se apaga al finalizar la jornada. En una caldera de pellet con regulación automática de caída de pellet y de velocidad del aspirador de humos resulta más problemático.
