Sustitución de la resistencia de encendido

Una de las averías típicas de esta caldera, también de muchas otras de biomasa, es que no enciende cuando la resistencia se ha fundido. Si eso ocurre lo primero que hay que hacer es comprobar que el fusible esté en perfecto estado. Para realizar esta comprobación hay que desenchufar de la corriente la caldera, por tanto se hará en periodo de apagado cuando este fría. Con un polímetro comprobaremos el fusible de la resistencia, viene especificado en el manual de instrucciones perfectamente cual es el fusible. Si miramos la foto siguiente de la placa de circuitos impresos, es el primero empezando por la izquierda.

Otro procedimiento casero es el de utilizar dos cables, una pila y una bombilla de linterna, conectando uno de los cables a un extremo del fusible y el otro extremo a otro cable, si el fusible esta bien hará de puente y por tanto se encenderá la bombilla, si esta estropeado no pasará la corriente.  

También se pueden conectar a los bornes de la resistencia un casquillo de bombilla, pero esto es mucho más complicado, se corre riesgo de descarga eléctrica y tendría que estar en proceso de encendido la caldera, por tanto es un procedimiento desaconsejable.

 Existe una alternativa a todo esto, si se ve a simple vista que el hilo del fusible está en perfecto estado y las conexiones de la resistencia están correctamente, con extremo cuidado se puede tocar levemente el tubo de la resistencia durante la fase de encendido, si no quema es que la resistencia no funciona, insisto en que se haga con cuidado extremo ya que el tubo alcanza una temperatura considerable, por si acaso póngase un guante de trabajo de piel gruesa.

Cuando se ha confirmado que la resistencia no funciona hay un tornillo en el tubo que la envuelve que al aflojarlo nos permitirá sacarla con facilidad.  Si se fija en la siguiente foto, conseguida en una posición difícil se aprecia el tornillo de cabeza exagonal que sujeta el tubo de alojamiento de la resistencia, más el tornillo de cabeza de estrella que sujeta la propia resistencia.

En mi caso la resistencia no salía de su alojamiento, por tanto no me quedó más remedio que aflojar el tornillo que sujeta el tubo y sacarlo entero, como se ve en la foto.

Por suerte fuera del alojamiento se puede fotografiar con más comodidad. En la siguiente foto tendremos la prueba de porqué no salia la resistencia, se había arqueado completamente, tuve que cortarla. Al ponerlas en paralelo se puede comprobar que la vieja se arqueo y la nueva está recta. 

Para colocarla sólo hace falta seguir el procedimiento inverso, colocamos la resistencia dentro del tubo dejando una distancia de entre medio a un centímetro del borde del tubo, el resalte que incorpora hará tope y nos marcará esa distancia idónea, después se sujeta apretando el tornillo con un destornillador de punta de estrella. Después se coloca en su cavidad el tubo, conviene que el agujero lateral quede hacía abajo para facilitar la refrigeración de la resistencia. Otra precaución es que el cestillo esté colocado en su posición correcta, acercaremos el tubo hasta que toque el cestillo, si el cestillo estuviera torcido el contacto no sería en angulo recto, por tanto el aire caliente no entraría correctamente en el cestillo. Una vez en su sitio sujetamos el tubo apretando otro tornillo de sujeción, el que tiene una cabeza exagonal con una llave.

Con todo colocado volvemos a enganchar los cables a sus conectores y ya tenemos lista la caldera para su encendido. Se acabó utilizar un soplete o quemar unas bolas de papel encima del cenicero para el encendido inicial, solución provisional de circunstancias que nos permitirá seguir calentándonos mientras nos llega el recambio de fabrica.